Luz Bihari tiene 23 años y es dueña de Lash, un centro de extensiones de pestañas que pronto inaugurará su local en Belgrano. Convirtió su amor por la estética en un hobbie y jamás pensó que se dedicaría a ser lashista.
La joven se mudó a la ciudad de Buenos Aires en 2018 para estudiar Producción y dirección de Cine. Ese mismo año conoció a Lilian, y gracias a su amistad sintió la curiosidad a aprender cosas nuevas. Como dice ella "por cosas de la vida", comenzó a meterse en el mundo de la belleza. A pesar de sus inseguridades, logró emprender por su cuenta y convertirlo en su forma de ganarse la vida.
-¿Cómo arrancaste a hacer extensiones de pestañas?
Empecé como clienta. Siempre busqué la practicidad y la idea de no tener que maquillarme y aún así estar impecable me llamó la atención. Comencé a ir todos los meses a un estudio y me hice amiga de mi lashista. Con el tiempo, empecé a ir a su casa hacerme los service y la verdad que fue idea de ella. Se ofreció a enseñarme y acepté, me resultó cómodo y relajante, lo convertí en mi hobbie y empecé a practicar con amigas y mi familia. Todo esto fue antes de la pandemia, por un tiempo paré y retomé full time hace casi un año.
"Mi lashista se ofreció a enseñarme y acepté"
-¿En qué momento se convirtió en un emprendimiento?
Yo vivo en la ciudad de Buenos Aires porque estudio Producción y dirección de Cine en la Universidad de Avellaneda, pero soy de San Antonio de Areco. En una visita al pueblo, una tía me comento que unas amigas le habían preguntado quién le hacia las pestañas y les habló de mí. Ella, junto a mi mamá y mis amigas me motivaron a que lo hiciera.
-¿Cómo te financiaste?
La verdad es que como estaba practicando con familia y amigos ya tenía lo básico para empezar. Siempre trabajé por recomendación porque no me sentía preparada para iniciar una campaña por redes sociales, sigo sin sentirlo. Así que comencé de a poco y lo que ganaba me compraba los utensilios o chucherías necesarias, como un ventilador usb, la lámpara, hasta mi propia camilla, hasta ese momento mi tía me prestaba la suya, en la que hace depilación. Después si, comencé a tener un poco más de ganancia.
-¿Aún seguís trabajando en San Antonio de Areco?
Si, voy cada 20 días y me quedo una semana. Ya tengo un grupo de clientas fieles allá y trato de no dejarlas. Por suerte, acordé con ellas el tiempo de cada retoque de pestañas y yo las llamo cada vez que voy.
-¿En Areco dónde haces las pestañas?
Al principio comencé hacerlas en mi casa, pero como se venía el verano y no había aire acondicionado le pedí a mi primo que tiene peluquería si me daba un espacio. Aceptó y empecé hacerlas en su peluquería y fue genial porque me empezaron a conocer más. Él me promocionó con sus clientas, cuando iba me ponía a charlar con ellas y vendía mi trabajo.
-¿Cómo balanceas el estudio, el emprendimiento, los viajes, tu vida personal?
Estoy soltera, así que solo tengo que pensar en mí, eso me da mucha libertad. Por suerte con la carrera -la mayoría es online- algunas veces voy a clase por la mañana. Acá en capital no logré conseguir muchas clientas porque como trabajo por referencias, y no conozco muchas personas, me es más difícil arrancar y hacer la rueda que en Areco tengo re aceitada. Por suerte todo se me da.
-Entonces, ¿Por qué no publicitarse en redes sociales para tener clientas en la ciudad?
Miedo, aunque me joda admitirlo es eso. Comencé e hice un perfil en Instagram pero al tiempo lo borré. Me da miedo que mi trabajo no sea lo suficientemente bueno, recibir comentarios negativos. Entonces la idea de trabajar por referencia me parece la más orgánica porque la persona ya ve mi trabajo en los ojos de otro, y saben lo qué le voy hacer y cómo será el resultado. Sé que debería, es más, ahora estoy más obligada a promocionarme en redes porque se me dio la oportunidad de abrir algo acá.
"Me da miedo que mi trabajo no sea lo suficientemente bueno"
-Contame, ¿cómo se te dio eso?
Por una amiga, ella no quiere hacerse pestañas porque sabe que es una adicción. Pero sí va a una cosmetóloga hace muchos años. Charlando con ella le comentó que quería mudarse por la zona de Belgrano, pero buscaba una socia para compartir gastos. Mi amiga le habló de mí, y las dificultades que tenía para conseguir clientas acá. Paula, la cosmiatra, le dijo que estaba dispuesta a ayudarme y referirme para que comience a tener clientes, si yo estaba dispuesta a compartir los gastos y armar algo juntas. Jessica, mi amiga, me lo comentó y no lo dudé. A la semana nos reunimos, le conté mis miedos, lo que yo quería lograr y nos pusimos de acuerdo. Ahora estamos en la etapa de elegir entre dos departamentos en la zona de Belgrano, y organizando la posible mudanza y apertura en la primera semana de agosto. Fue todo muy rápido y oportunidades así no surgen de la nada, no podía decir que no.
-¿Te consideras una mujer emprendedora?
Si y no. Por un lado, creo que soy bastante curiosa y dedicada, no tengo problemas en quedarme hasta tarde trabajando sabiendo que al otro día tengo que levantarme temprano. Siempre fui de meterme de lleno en todo lo que me llamaba la atención. Pero al mismo tiempo, soy bastante cagona, eso me limita mucho a la hora de avanzar, pero si no me queda otra lo hago. O sea, si es lo que tengo que hacer para lograr mi objetivo, lo voy hacer.
"Fue todo muy rápido y oportunidades así no surgen de la nada, no podía decir que no"
-¿Cuál es ese objetivo que tenés?
A corto plazo abrir el negocio en la ciudad, armar la estrategia de redes sociales y comenzar a publicar, conseguir clientas y fidelizarlas e ir creciendo desde ahí. A largo plazo me gustaría incluir a Lilian, la mujer que me enseñó este oficio porque siento que le debo mucho. No te voy a negar que el dinero no me mueve, a todos nos gusta el dinero y ganar más, claro que eso también es un objetivo. Y después… iré para donde me lleve el viento, no le voy a decir que no a ninguna oportunidad que surja.
-¿Amas lo que haces?
Si, definitivamente. Me encanta lo que estudio en la universidad y no lo voy a dejar. Pero me di cuenta que paso más tiempo buscando perfeccionarme en las técnicas de las pestañas, o buscando formas de publicar los trabajos, como sacar las fotos, o simplemente paso horas en Pinterest buscando ideas, todo relacionado a las pestañas. Creo que cuando dedicas tanto tiempo a algo, te llama tanto la atención y hasta lo sentís como una necesidad, es porque realmente lo amas. Además, cuando estoy con clientas me relajo, es un trabajo super preciso y artesanal, pero que no necesitas pensar, es lo que es y me relaja hacerlo. Sumado a que con mis clientas charlo, las conozco, me cuentan sus cosas, soy como una terapeuta para ellas y me gusta lograr esa conexión.
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