En todo el mundo existen aplicaciones para solicitar taxis. Pero en Rosario existe una app que ofrece únicamente servicios a cargo de conductoras mujeres. En esta nota nos adentramos en el mundo “She taxi” de la mano de su creadora.
María Eva Juncos se hizo taxista en el 2009 por una cuestión de necesidad. En esa época el servicio público de taxis contaba con muy pocas mujeres al volante pero gradualmente se fueron incorporando. “Las personas al darse cuenta que era una mujer se sorprendían”, cuenta y agrega: “en el caso de las chicas se ponían contentas y me pedían el teléfono”.
Estando en la calle, trabajando de noche y relacionándose con colegas y pasajeras, fue percibiendo que había una demanda: muchas mujeres queriendo ser llevadas por mujeres. Espontáneamente, se fue creando un mecanismo en el que las conductoras recibían solicitudes simultáneas por Whatsapp -mayormente de noche- y en diferentes puntos de la ciudad, de una forma desorganizada que complicaba el trabajo e impedía abarcar todos los requerimientos. Fue así que en 2016 María Eva comenzó a pensar en una solución que un año después se conoció cómo “She taxi”.
"La brecha que existe en cuanto a la ocupación de puestos, tanto en la titularidad de chapas como en la cantidad de choferes, es enorme: el 95% son varones y apenas un 5% son mujeres."
- ¿Qué es “She taxi”?
- “She taxi” es tecnología a disposición de las usuarias y usuarios de taxis (no está destinado exclusivamente a mujeres). Se trata de una aplicación para el teléfono móvil donde las conductoras se registran y reciben solicitudes de viajes. Es un proyecto solidario que nace fundamentalmente de una necesidad planteada por las mujeres en un contexto donde la violencia de género se volvió insostenible. Si bien nace por la necesidad que las pasajeras empezaron a visibilizar a cada una de nosotras, también nosotras nos vimos con el beneficio de tener más trabajo y más seguridad.
- ¿Cuál fue el paso siguiente a detectar la necesidad?
- Empecé sola, de cero, sin saber nada. Contraté un ingeniero y empezamos un feedback en donde ambos aprendimos mucho del otro. Tuve que aprender un montón de cuestiones relacionadas a las tiendas de Play Store y de IOS. Quería que la aplicación fuera perfecta y había cuestiones que desconocía cómo la señal, el tener buena conexión a internet, que cada dispositivo es un mundo. Y que todo eso hacía que fallara, no el desarrollo en sí.
El emprendimiento cuenta con tres pilares estructurales: es gratuito, trabaja con autos habilitados por el Estado y no es nada de lo que ya existía. “Lo que existe, inexorablemente, con el tiempo se convierte en parte de la estructura. Creo que esa estructura es parte del problema, y yo quiero ser parte de la solución” explica. Por esa razón María Eva decidió que “She taxi” no se transforme en una organización con denominación social y que se mantenga como una herramienta tecnológica.
- ¿Qué debe hacer una taxista para registrarse?
- Se tienen que registrar con un formulario que se encuentra en la aplicación, donde se les pide la documentación reglamentaria que se encarga de controlar mi hermana junto a personas que pertenecen a la municipalidad. Además, se tienen que reunir conmigo porque me interesa vernos las caras y contarles que yo soy un par como ellas.
- ¿Encuentran trabas relacionadas con el género que frenen el crecimiento del emprendimiento?
- Hay una problema que tiene que ver con la oferta/demanda: desde que salió la app, la oferta nunca pudo acompañar a la demanda. Se aceptan únicamente vehículos habilitados por el municipio y acá se pone de manifiesto la cuestión de paridad y la falta de tratamiento especial desde el Estado para lograrla. La brecha que existe en cuanto a la ocupación de puestos, tanto en la titularidad de chapas como en la cantidad de choferes, es enorme: el 95% son varones y apenas un 5% son mujeres.
- Teniendo en cuenta que en el rubro donde trabajan los hombres son mayoría, ¿sufrieron ataques por ser un emprendimiento en el que solo pueden trabajar mujeres?
- En un principio, muchos de los colegas hombres nos subestimaron porque no teníamos plata para publicidad y no teníamos nada. Luego hubo ataques pero no de forma directa y explícita sino más bien desde la intelectualidad y con sutileza. Los feminismos vinieron a instalar esto de que “mirá, si haces esto vas a tener una consecuencia”, entonces se cuidan bastante. Muchos han comprendido y también hay muchos compañeros que son re solidarios con nosotras.
- Ustedes cómo mujeres, ¿también se sienten más seguras llevando pasajeras?
Sí. Antes de la aplicación tuve seis robos con cuchillos, con revólver, dentro de una villa, en el centro y a cualquier hora. Aunque ha habido hechos de conductoras asaltadas por mujeres, casi siempre los asaltos son cometidos por hombres. Desde que entró en funcionamiento, no hubo ningún hecho de inseguridad en un viaje tomado desde la app.
Para mayor seguridad la aplicación incluye una herramienta que, al momento de ofrecer la solicitud de viaje, muestra el porcentaje de viajes que tiene en su haber cada pasajera o pasajero. Si no tiene te dice que es nueva o nuevo. “A nosotras eso nos sirve mucho porque no es lo mismo ir a buscar a una persona que tiene 100 % de viajes concretados a las dos de la mañana en una zona peligrosa, que ir a buscar a una persona en ese horario, en ese lugar y que sea nueva. Es un micro dato que nos jugó muy favor en lo que respecta a nuestra seguridad”.
"Es un proyecto solidario que nace fundamentalmente de una necesidad planteada por las mujeres en un contexto donde la violencia de género se volvió insostenible."
- A cinco años de haber iniciado este proyecto, ¿cómo lo encontrás actualmente?
- Lo encuentro estable y funcionando. Tengo que entender que más allá de mis pretensiones, es un proyecto solidario en el que me resisto a cobrar. Se me genera una guerra interna porque pretendo que tenga lo último de la tecnología y la estética. Como no cobrar pesa más en cuanto a importancia, elijo dejarla estable y que siga siendo gratuita.
- ¿Recibís colaboraciones?
Sí, hay gente que colabora ad honorem. Ahora una diseñadora amiga se ofreció para hacer un diseño nuevo y moderno gratuitamente. Las colegas están haciendo una vaquita para pagar el servidor que cobra en dólares porque en muchas ocasiones no llego a cubrir el monto. Y todos le ponemos un poquito de colaboración. Es todo mes a mes, el timing es hora a hora.
El año pasado, “She taxi” desembarcó en las ciudades de Buenos Aires, Santa Fe y Venado Tuerto. Actualmente, en Rosario, cuenta con 300 conductoras activas. María Eva está convencida de que el emprendimiento es organización y persistencia y que la construcción sana se hace a la par, poco a poco, con perseverancia y cultivando la paciencia . “Lo que quiero contagiarle a la comunidad es que no claudiquen”, concluye.
Comments