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Foto del escritorRomina García

Noche de vinos con Victoria Russell

Actualizado: 14 jul 2022

Tiene 31 años, es sommelier de vinos y té, y a parte trabaja con la Bodega Araujo. Además, participa de la organización del Mundial del Alfajor que se realizará el 4 y 5 de agosto en la Ciudad de Buenos Aires.


Victoria Russell

Victoria Russell vive en un haras pasando San Antonio de Areco, donde trabaja como cuidadora junto a su pareja y dos hijos. Durante la pandemia se recibió de sommelier en el Gato Dumas. A partir de allí, comenzó con un emprendimiento donde hace noches de degustaciones junto a otros emprendedores de la ciudad con el objetivo de dar a conocer la carrera que tanto ama.


“A mi siempre me gustó el vino, el que me introdujo en el mundo fue mi papá”, dijo Victoria sobre cómo se generó su curiosidad. Comenzó en 2017 con cursos cortos para saber un poco más, hasta que en 2018 uno de sus profesores vio su pasión y le recomendó que siguiera con la carrera. Luego, durante un año se mudó junto a su familia al sur por el trabajo de su pareja, pero al regresar decidió que era tiempo de retomar y hacer oficialmente la carrera.


En 2019 se inscribió en el Gato Dumas de la ciudad de Buenos Aires, donde cursaba los sábados. Los costos de viaje y la carrera, sumado a su trabajo habitual, ser madre y manejar el hogar, fueron un desafío para ella. “El papá de mis hijos me ayudó un montón, José mi pareja también, él es el que me motiva en todo momento a seguir. Trabajo de lunes a lunes, así que los días de franco en el haras me los tomaba los sábados para poder ir a estudiar” explicó Victoria. “Me levantaba a las 4 para tomar el colectivo a las 5:30 y poder llegar a las 9 a capital. Para las 7 de la tarde ya estaba pegando la vuelta, así hasta que empezó la pandemia”, comenta respecto a su trajín diario.


Sobre el año de pandemia agrega: “Durante ese tiempo el trabajo disminuyó y necesitaba trabajar para vivir y pagar la carrera, así que iba a limpiar casas de los dueños del campo, asistí a mi pareja con los caballos de polo porque no había trabajadores. Además, los chicos cursaban online y yo también”.


La sommelier participa en todos los eventos que puede para mantenerse informada.

La idea de emprender y comenzar con las degustaciones surgió por el aliento de sus amigas: “Ellas insistían en que haga algo por mi cuenta y pensé ‘si, la verdad que lo puedo hacer y tengo ganas de hacerlo, porque me gusta’. Y así empecé: con los trabajos fui juntando plata e iba comprando cajas de copas, iba a remates y compraba vajillas. Me hice tarjetas de presentación y de a poco me voy arme y uso mucho Instagram”, cuenta Victoria.







“Las ganas y el sacrificio nunca pueden faltar cuando sos emprendedora”

Ahora que su título ya es oficial dice que se siente más aliviada: “Ya sé que tengo una carrera, y si no es esto, será otra cosa, me tengo fe. Antes sentía que tenia que agachar la cabeza y trabajar porque sino chau fuiste”. Y agrega: “Trabajé bajo patrón desde los 14 años y siempre me gustó hacer las cosas a mi manera. Entonces por eso me largué sola, para hacer las cosas que a mi me gustan”. Victoria cree que “las ganas y el sacrificio nunca pueden faltar cuando sos emprendedora” y siempre hay que seguir adelante: “Es algo que me gusta y me apasiona lo que hago. Si te apasiona lo que haces, la motivación está.


"Comencé como pasante, en Gato Dumas siempre ofrecían y te tenías que anotar, yo me anotaba en todo. Quería conocer e ir metiéndome"

Las degustaciones fueron una necesidad de publicitarse en la localidad: “la mejor manera era mostrarse trabajando, que me vean como sommelier, que la gente me vea trabajando. Creo que es la mejor carta de presentación, es uno y su profesión”. Así fue cómo se juntó con otros emprendedores de San Antonio de Areco y juntos realizaron, en una casa antigua del pueblo, la primera noche de vino y maridaje. Ana Chocolatín estaba a cargo de los postres, los chicos de Gato Blanco preparaban sushi, y un emprendedor cocinaba las empanadas gourmet. Para conseguir los vinos se contactó con una vinoteca local donde se abasteció, una parte a cambio de publicidad y otra la compró. En la primera degustación no tuvo ganancias, aunque logró su objetivo de darse a conocer y obtener publicidad.



La idea es tener una noche de degustación por mes porque, como dice Victoria, “me gusta que haya otros emprendedores. La idea es que en Areco los diferentes emprendedores, ya sea de gastronomía o de música, se sumen. Es genial trabajar junto a gente que está en esto de emprender”.


Su objetivo es que la conozcan y poder hacer más degustaciones, conseguir contrataciones para degustaciones privadas, en restaurantes, y eventos. Según ella, “es la idea mientras esté en Areco y creo que es lo que puedo lograr acá”.


“Una vez que haces contactos y la gente te va conociendo pasan estas cosas. Cuando uno es inquieto es así”

Además de ser motivada por su entorno, Victoria se inspiró en sommeliers y enólogos que fue conociendo mientras estudiaba.Marcelo Pelleriti de Bodegas Monteviejo se fue a trabajar a Francia como enólogo sin hablar el idioma. Escucharlo a él decir que se puede, personas que son conocidas y prestigiosas en el mundo del vino, me hicieron creer que con trabajo y esfuerzo todo se puede, eso te motiva a emprender, se que lo puedo lograr”. Según ella, siempre es bueno “hablar con todos”, y parece que eso le dio frutos, porque en una feria de vinos donde trabajó conoció a un ejecutivo de Bodegas Araujo y pronto se convirtió en representante de la bodega. Para Victoria “una vez que haces contactos y la gente te va conociendo pasan estas cosas. Cuando uno es inquieto es así”.


Victoria Russell ama su trabajo: “Me gusta el contacto con la gente, me gusta el servicio, no me veo haciendo otra cosa. Siempre trabajé desde los 14 en algo relacionado a esto, en turismo y gastronomía y no me puedo ver encerrada en una oficia o algo así. Con mi trabajo conocí mucha gente y eso es lo que más me gusta. Y que la gente pase un lindo momento sea como moza o sommelier, desde un detalle de un florero, del armado de la mesa, hacerle mimos a la gente y que te lo reconozcan es hermoso. A mí me encanta mi trabajo”.


Ella se considera una emprendedora, cree tener las cualidades de una. Está motivada y tiene ganas, pero cree que “el no tener miedo es fundamental porque sino no vas hacer nada, no vas a salir de tu zona de confort”. Desde su experiencia, Victoria les recomienda a quienes tengan ganas de emprender que “tienen que moverse porque nunca se sabe cómo te va a ir”, y que si no funciona siempre habrá algo para hacer, que no bajen los brazos.

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